A estas alturas del partido creo que todos los que somos conductores somos conscientes de los riesgos que tiene conducir habiendo bebido, con exceso de velocidad o hablando por el teléfono móvil. Son acciones que unidas a la acción de conducir están asociadas a altas probabilidades de sufrir un accidente.
En los últimos tiempos, la DGT, nosotros desde Circula Seguro y otras instituciones han tratado de concienciar a la gente de que las distracciones pueden ser muy peligrosas, tanto como las anteriores. Pero las distracciones digamos que no siguen sin asociarse y fumamos, buscamos los CD en la guantera o nos giramos para hablar con nuestro copiloto sin mayor problema.
Una de las distracciones que pueden tener lugar dentro de un vehículo es una discusión. En un habitáculo cerrado no podemos evitar la confrontación directa y muchas veces, las conversaciones acaban de la peor manera. Una discusión, por ligera que parezca, dentro de las paredes de un coche suele acabar en acalorada. Eso equivale a un conductor que se distrae con facilidad y que desvía su mirada demasiado a menudo.
Un último estudio promovido por Prevensis, ha tratado de estudiar la relación entre las emociones y el riesgo de sufrir un accidente. De él se desprende que tan sólo un 27,8% de los conductores son capaces de controlarse emocionalmente. De forma que este tipo de factores no les influyen. El resto, son susceptibles de que una emoción negativa pueda alterar de alguna forma su conducción.
En el mismo estudio, se comprueba como otras acciones nos activan. Hablar por teléfono, por mucho que no debamos hacerlo, incrementa en un 27% la frecuencia cardiaca mientras que simplemente cantar, las eleva en un 17%. Pero sin lugar a dudas, el premio se lo llevan los adelantamientos en vías de doble sentido. Un 33% más de ritmo cardiaco en los 3 minutos posteriores a la maniobra.
En Circula Seguro | ¿Qué las distracciones matan? ¡Anda ya!