Los fabricantes de automóviles investigan la ergonomía del vehículo empleando todo tipo de estrategias: desde simular un embarazo con un arnés especial, como vimos cuando hablamos del airbag para cinturón, pasando por los trajes de tercera edad, con el que los ingenieros notan todo tipo de dificultades para moverse dentro del coche, hasta emplear gafas que simulan la visión con cataratas.
La última pieza de esta colección de trucos es un simulador de problemas de visión que permite observar la realidad a través de los ojos de una persona que sufre trastornos degenerativos de la vista además de otras deficiencias visuales.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, unos 285 millones de personas sufren algún tipo de discapacidad visual y, de estos, aproximadamente el 65 % son mayores de 50 años. Con una población que envejece rápidamente, se espera que en los próximos años crezca el número de personas con problemas de visión.
Con la edad, la capacidad de ver detalles finos se deteriora, al igual que la capacidad de ver en la oscuridad. Esto significa que muchos conductores pueden experimentar dificultades a la hora de leer el panel de instrumentos del coche, a menos que tengan lentes bifocales o lentes progresivas. Otros trastornos, como el glaucoma, las cataratas y en general los degenerativos de la vista son también frecuentes entre los mayores de 50 años.
La deficiencia visual es una parte natural del envejecimiento y afecta a muchos millones de personas en todo el mundo, pero un problema que lleva asociado es que se trata de un proceso gradual que a menudo pasa desapercibido durante años. Tendemos a pasar por alto el problema de forma inconsciente hasta que llega un punto en que es tan grave que ya no podemos ignorarlo más.
Con el simulador de deterioro de la visión que han desarrollado Ford y la Universidad de Cambridge se pueden recrear un amplio abanico de discapacidades visuales sobre una imagen. Se carga la imagen, se selecciona una discapacidad visual y al momento se ve la imagen tal y como la percibiría una persona con problemas de visión. Además, se pueden cargar otras situaciones y comparar los efectos, o bien ir cambiando de deficiencia visual y tomar nota de cómo se ve una misma situación con diferentes problemas de visión.
En el caso de degeneración de la vista relacionada con la edad, donde la pérdida de la visión debida a un escotoma central se mueve con el ojo, el software simula este efecto, permitiendo al usuario mover el punto ciego para ver su efecto en diferentes partes de la imagen.
Es una forma de emplear el software para estudiar y optimizar el diseño de la instrumentación del vehículo de manera que pueda ser empleada por cualquier usuario, y como cuenta con un control de gravedad de la deficiencia visual, desde muy leve a muy grave, se pueden establecer límites sobre el nivel de deficiencia visual que se reproduce, lo que puede ayudar incluso a fijar cuáles son los límites de la pérdida de visión cuando hablamos de conductores con dificultades visuales.
Además, este sistema permite simular trastornos diferentes y a varios niveles de gravedad, lo que redunda en una combinatoria de pruebas que hasta ahora era impensable. Un ejemplo básico: a la hora de establecer un color para los datos que muestran las pantallas del vehículo, se puede tener en cuenta cómo los vería un daltónico y obrar en consecuencia.
¿Que hay deficiencias visuales que impiden la conducción? Por supuesto. Pero hay otras que no, aunque pueden dar problemas, de manera que este trabajo de investigación, como un avance complementario, tiene su valor. De momento, se trata de observar la realidad a través de los ojos de una persona con dificultades no invalidantes. Más adelante, de esta observación vendrán las soluciones.
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